Una de las cosas que no hago en mi vida diaria sino cuando visito a mis padres durante los días descanso es ver la televisión, y es que llevo año y medio viviendo sin televisor y realmente no lo necesito pero, al volver a casa de mis padres, donde siempre (aun cuando están adormecidos y no están viendo nada de nada…) está prendida la TV, aprovecho un poco para ver algo. Y así fue que una tarde de la semana antepasada tuve la oportunidad de ver un noticiero, donde me llamó la atención un reportaje sobre la cantidad de productos alimenticios convertidos que terminan tirados como basura o residuo orgánico, que en total son más de 6 millones de toneladas por año en Japón, etc. Bueno, no tomé apuntes, etc. viendo el programa y ahora vuelvo a averiguar algo al respeto y aquí, según un artículo de revista, las cifra son 6 millones 24 mil toneladas (productos alimenticios que, a pesar de ser comestibles, se desaprovechan), siendo la mitad botada por los consumidores y la otra mitad por los productores, distribuidores, etc…
Entre las causas de este desperdicio está la llamada “Regla del Tercio”, que es una práctica comercial muy común entre las empresas de la industria alimenticio, que más o menos funciona así:
- Aquí los productos suelen pasar por tres empresas (el fabricante, el mayorista, y la minorista) y…
- La gran mayoría de los productos tiene su plazo de consumo (“un mes”, por ejemplo) y…
- Según la supuesta “regla”, el producto debe pasar del fabricante al mayorista/minorista antes de que pase el tercio de su plazo de consumo; después de ese límite, el producto se convierte en residuo industrial porque el mayorista/minorista no lo acepta).
- Si el producto llega a tiempo al minorista, luego debe ser vendido antes que pase el segundo tercio de su plazo de consumo; si pasa este segundo límite (sea, cuando aún queda el último tercio del plazo de consumo), es retirado del estante, y se convierte en residuo industrial…
- Así, en caso de un producto con un mes de plazo de consumo, por ejemplo, tiene que llegar al consumidor final antes de que transcurran 20 días desde la fecha de producción, o se convierte en basura aún quedando 10 días de su plazo de consumo…
Es una práctica bastante criticada y parece que últimamente hay algunos esfuerzos por cambiar esta realidad pero todavía no lo suficientemente.
Una realidad nada conveniente para el país del sentimiento “mottainai” y para el mundo.