Un domingo de febrero, por cierto motivo tenía que ir a trabajar por la tarde. Como no me parecía interesante la idea de permanecer en casa sin hacer nada por la mañana, pensé salir de todas maneras y de ahí se me ocurre volver a realizar esta “mini peregrinación” para visitar a los siete dioses de fortuna, que en alguna ocasión había hecho ya pero no este año nuevo. Bueno, para comenzar el año 2015 la verdad es que no hice casi nada de lo que normalmente termino haciendo (a pesar de que no soy tan conservador/tradicionista) y no estaría mal hacer algo, aunque con un poco de retraso.
Así que averiguo por internet y consigo el mapa de uno de los tantos itinerarios que hay en diferentes localidades… y esta vez opté por imprimir también una hojita más, donde el peregrino iría imprimiendo una estampa en cada uno de los templos visitados, para así completar con siete estampas al final, nada tan especial pero un pequeño detalle para recuerdo.
Todo listo y empezamos a caminar… El camino no es difícil ni demasiado largo para un “maratonista” como yo… Es una pequeña caminata ligera para pasar dos horas más o menos, tomando fotos y dejando de pensar en todas las cosas feas de la vida… y quizá comiendo algo rico.
Bueno, esto último de comer algo rico, tuve que dejar de hacerlo porque se me ocurrió almorzar ya antes de empezar a caminar y entonces, con la panza ya llena comencé la peregrinación:
Y así fueron los dioses (o más bien, sus templos) que visité…
(1) Bishamonten
(2) Jurojin
(3) Daikokuten
(4) Ebisuten
(5) Fukurokuju
(6) Hotei
(7) Benzaiten
El gran problema del día fue el viento huracanado, que además era recontra gélido, que me hizo sufrir bastante pero, bueno, llegué hasta el final y aquí va la hojita de las siete estampas:
Lo que me olvidé de hacer fue sacar un omikuji pero, bueno, será para algúna otra oportunidad.
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